Vicente y Gabriel, un GAP (Guerrero Autómata Personal) permanecen ocultos en la periferia de Santiago. Vicente y Gabriel trabajan para La Compañía. Vicente no está seguro de quién es y sus recuerdos se disparan en un collage psicótico. Gabriel, partidario y practicante de la tortura, es una insana, peligrosa y desequilibrada máquina de matar. Ambos, muy cercanos a la iconografía de dos CNI de la dictadura militar en clave fantástica, son los protagonistas de este mundo pintado por Sergio Amira en su novela: “Identidad Suspendida”. En sus páginas el autor devela la realidad tras las apariencias del mundo, mero tinglado en el que nada es lo que parece. Las páginas de esta novela corta publicada en la colección “Viaje al Fin de la Noche” de Mago Editores nos presenta a Vicente y su identidad fragmentada que bascula buscando su centro. En una anterior aventura ha sido despojado de un elemento central para su labor de agente, le ha sido extraído su nódulo Akhásico (langosta conservada en líquido amniótico, especie de módem orgánico capaz de conectar directamente el cerebro a Internet) Mientras, en el espacio, FASat- Alfa se alza como parte integral de una conspiración global y motor central de la mayor red de espionaje y análisis de la historia (“Nadie es más poderoso que la compañía”) Organización cuyos mojones mutan a cada momento re-des-dibujando un paisaje cercano a la paranoia: “La Compañía existe por y para la explotación de los recursos de ésta y todas las tierras del multiverso”, incluyendo, naturalmente, a los seres humanos.
Con esta novela Amira bebe de la vertiente de la CF más delirante, cercana a los mundos paranoicos de Philip K. Dick y a esa escuela que se ubica en el límite de la aprehensión lineal, con la que de paso rinde un homenaje al inevitable mentor: William Burroughs. El viejo e impertérrito Bill también se las ingenia para habitar el universo de Amira poseyendo para la ocasión el cuerpo de uno de los tantos espectros de la Plaza de Armas de Santiago de Chile: “El viejo era muy delgado y proyectaba una esquiva figura paterna, como de maestro. Vestía ropa formal: Traje, corbata y un sombrero que aumentaba el misterio de sus intensos ojos”.
Al comienzo del periplo y con certera pluma, Amira da cuenta en pocas páginas, y de labios del propio viejo, un compendio de las ideas centrales contenidas en el universo del mítico escritor norteamericano, del que “Identidad Suspendida” toma además algunos préstamos formales: escritura frenética, voraz y psicotrópica. Amira recrea su propia versión de la conspiración nova y usa pequeños relatos dentro del relato, breves y suculentas atomizaciones delirantes no exentas de humor. Amira juega con esta sabrosa acumulación de aparentes disgresiones, que no obstante se suman al relato central, como los episodios en que relata los insospechados secretos de Joaquín Toesca, la invasión de los temibles Archaenides, Bachelet y la ley reservada del cobre, “La Grande Jatte” de Seurat como una puerta a otro espacio tiempo, el atentado a Pinochet como obra del FPMR y un grupo de meta humanos y los oscuros y consabidos planes de grupos como los francmasones, la Goldem Dawn, Iluminatis, Socialistas y hasta reserva dos instantes para detenerse en parásitos como el demodex folliculorum, el ácaro de las pestañas, etc.
La novela se solaza en mezclar sin asco abundante detritus de cultura pop (Robotech, Macross Plus, Amaro Gómez Pablos y Dark City entre otra centena de referencias, citas y alusiones) La ciudad de Santiago se revela como un lugar que oculta secretos atómicos hasta detrás de cada Teletrak. La “Doom Patrol” y “Los Invisibles” del genial guionista escocés Grant Morrison (otro ferviente admirador de la obra de Burroughs) se alza como otra veta nutritiva para Amira, que lo alude constantemente (A modo de ejemplo véase la pagina 76)
La mixtura de “Identidad Suspendida” en la que Amira oculta y devela citas, alusiones, túneles y atajos se observa tras cada página por la que desfilan personajes inolvidables como el misterioso Anton Jormungand (Más cercano al Benway concebido por Cronenberg en su versión fílmica de Naked Lunch, que al de la novela homónima)
Amira construye de este modo una de las nouvelles de CF chilena más interesantes que me haya tocado leer últimamente. Recoge devotamente las semillas de sus admirados predecesores y nos devuelve una obra tan local como puede, tan ajena y cercana a nosotros como un virus trabajando en nuestras células.
“Identidad Suspendida” es la historia de un espejo quebrado y de sus trozos dispersos a medio recomponer, la fascinante aventura de abrir una caja dentro de otra, dentro de otra, dentro de otra. Amira toma elementos triviales, hechos históricos o noticias, como la tan bullada nota televisiva de los pumas que bajan de la cordillera a la ciudad, asustando a los santiaguinos. El autor toma datos reales, los mezcla con su propia (y para nada selectiva) recolección de datos personales, influencias varias, bagaje visual y lo encripta, lo inscribe y nos devuelve su contracara anamórfica y casi refractaria.
La escritura-artillería de Amira se sitúa en la línea de la nueva literatura de CF y fantasía chilenas y lo conecta más con su colega Bisama y su Caja Negra (o a éste con él) que con Sergio Meier o Jorge Baradit, con quienes no obstante, comparte el privilegio de comenzar a abrir nuevas y vivificantes puertas a una escritura que está renovando formas y contenido con sus notables obras. Ya se ha dicho muchas veces: la CF no es sino el reflejo deforme del hoy y no sólo su mera (in) deseable proyección.
Un comentario lamentable merece la ignorancia o “depredación” editorial de Mago Editores, que como otras tantas editoriales se disputan la absurda pugna por hacer pasar a toda nueva novela de CF que aparece, como si fuese LA PRIMERA hecha en Chile. Los lectores desprevenidos y el fandom local -que sí sabe que aquello no es así- merecen más respeto y cuidado. La tan disputada adjetivación hace creer que el mero hecho de ostentar el honor de ser el primero de la lista, asegura calidad y permanencia, y a veces, tan sólo te pone en el primer lugar de una biografía de tesis desinformada o te convierte en una pura y simple nota al pie de la historia. Y está claro que Amira y su novela, no lo necesitan.
por Carlos Reyes G.
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