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Extremauciones

por Sebastián Castro

Existen bien pocas películas de las que uno podría decir que aprendió algo. Todo film que se precie tiene una historia que contar, una moraleja disfrazada, un camino, una idea. Pero que te enseñen, así de verdad, poquísimos. Quizá porque para hacerlo necesitan estar en uno de los dos extremos: o ser condenadamente buenas, o ser una terrible bosta. Opiniones hay muchas, pero seamos claros, si algo tiene Otro Día para Morir es una lección: a algunas sagas hay que dejarlas fenecer en paz.

Prefiero decirlo desde un principio. Duro de Matar 5 tiene acción trepidante, algunas escenas con muy buenos efectos y un instante, ustedes ya sabrán cuando la vean, que se ve bastante bien en pantalla. Es sin dudarlo, una película de acción del montón, pero que al menos lo intenta. El gran problema del film es que es parte de una saga. Y no cualquiera. Desde 1988 los fanáticos se han ido agolpando para gritar Yipee-ki-yay motherfucker como respuesta a cualquier revancha, y hemos elevado -con justa razón- a John McClane, como el vaquero, el rebelde, esa figura de héroe de acción citadina a la que justamente, es tan difícil liquidar. El éxito de la Die Hard original se debía en gran parte a su protagonista (que dicho sea de paso estaba basado en Joe Leland, el héroe de la novela de 1979, Nothing Last Forever) con su genial sentido del humor y su voluntad de pararse frente a una lluvia de balas lanzando las frases que tanto nos gustaría decir a nosotros. Su secuela logró situarse muy cerca de la primera, y la tercera, probando una fórmula completamente diferente, se salió con la suya gracias a la impecable pega de Bruce Willis. El atado comenzó en la cuarta parte de la saga, en donde la línea de lo gracioso empezó a flirtear derechamente con lo ridículo (a tí te hablo, auto destruyendo un helicóptero) y que dudarlo, sembraron nuevas idea que fueron pavimentado el camino hasta este estreno.

John McClane recibe el dato de que su hijo menor está siendo juzgado en Moscú, así que decide tomarse unas cortas vacaciones para reencontrarse con su retoño, que por supuesto, tiene más historia que contar de lo que parece a simple vista. Aunque no lo quieran, es tarea de ambos Johns, limpiar con la amenaza terrorista que se cierne sobre la ex Unión Soviética, lo que los llevará a enfrentarse con camiones blindados, helicópteros y, era que no, armas nucleares. Es cierto, la premisa suena aceptable, pero la trama es casi un relleno para justificar un loop sin descanso de disparos, explosiones y caídas que son bienvenidas en cualquier película, pero que lamentablemente son demasiado infantiles para el verdadero John McClane, el que queremos, ese que subió apenas un rascacielos para salvar a su mujer y se pegó con cinta la pistola a la espalda para acabar con los malos.

Lo dije antes: queda claro con esta entrega que ese McClane ya no existe, que murió… y quizá la lección a aprender es que su famosa franquicia deba desaparecer con él.

 

DURO DE MATAR 5: OTRO DÍA PARA MORIR:

Estreno 14 de Febrero

Director: John Moore.

Protagonistas: Bruce Willis (John McClane), Jai Courtney (John “Jack” McClane, Jr.),

Sebastian Koch (Yuri Komarov), Mary Elizabeth Winstead, (Lucy McClane), Yuliya Snigir (Irina)

Duración: 97 Minutos

Todo Espectador +7