Por Carlos Reyes G.

Ya en el 2004 el cineasta alemán Jo Baier había perpetrado su propia versión de estos hechos históricos en “Stauffenberg”, mismos hechos que sedujeron a Bryan Singer y a los guionistas Christopher McQuarrie y Nathan Alexander para realizar esta polémica cinta. Singer cuenta con precisión quirúrgica el plan con el que Claus von Stauffenberg y un grupo de conspiradores buscaron asesinar a Hitler un 20 de julio de 1944. Lo inusual es que, luego de matar al führer, querían, audazmente, poner contra el régimen nazi un plan urdido por el mismo tercer reich. Se trataba de la “Operación Valkiria”, un operativo de emergencia para mantener el control en caso de golpe de estado.

Lo bueno: Como es habitual cuando se tienen presupuestos fabulosos, una cuidadísima reconstrucción de época e incluso, uso de locaciones reales. Un reparto de actores de lujo cuya sola presencia le otorga al film un espesor considerable. Un tratamiento sobrio y escueto y una historia que narra sin lastres ni lagunas todos los pormenores de la odisea de Stauffenberg y los conspiradores. El film logra momentos de tensión que mantienen la total atención en el desarrollo de la compleja conspiración que se sucede en la pantalla y que sigue muy de cerca los fascinantes hechos históricos que la inspiraron.

Lo inquietante: Pocas veces uno está del lado de los nazis por buenos que ellos parezcan. En este caso, el maniqueísmo norteamericano pone una vez más en los rostros de los conspiradores “buenos”, rostros afectivamente cercanos y como era de esperar, frialdad y distancia en los nazis malvados. A ratos el espectador desea que Stauffenberg venza contra toda lógica histórica. La pregunta inevitable de ¿Y si hubiesen matado a Hitler? Por momentos uno espera que el film se convierta en una ucronía digna de Philip K. Dick y nos diga abiertamente cómo habría sido el comienzo de un mundo y de un fin de guerra sin Hitler. Se atisba en algunas escenas y diálogos las razones que habrían llevado a Stauffenberg y sus amigos a tomar esta decisión en la que se jugaban la vida, pero Singer, aunque da cuenta de ello, no se sumerge del todo en esas aguas turbulentas. Por momentos la pantalla comunica el orgullo que significó para la posteridad el haber formado parte de este plan que significó para aquellos hombres sumar filas en torno a una conspiración tan atrevida como suicida, al plantearse la posibilidad de asesinar con éxito al mismísimo führer, personaje que aparece, hay que decirlo, discreto, lejano y balbuceante. Un monstruo secundario. El poder de identificación que el cine provoca queda aquí justificado plenamente por la presencia carismática de los líderes-héroes de la conspiración que buscan librar al mundo del cáncer nazi. Pero si los nazis hubiesen ganado la guerra y el film buscara otras simpatías, que fácil sería para los recursos cinematográficos hablar de malditos conspiradores.

Lo malo: Tom Cruise Lo bueno: Tom Cruise: La figura de Cruise genera polémica y desazón. Sus desafortunadas (e hiperventiladas) intervenciones públicas y su militancia reconocida en las filas de la controvertida cientología (o cienciología) de Lafayette Ronald Hubbard, le han granjeado una pésima reputación que afecta sus films. Sin embargo muchos olvidan que Cruise ha demostrado más de una vez que, si no es el mejor, es al menos un actor de recursos que ha dado vida a personajes memorables como el doctor William Harford de “Ojos bien cerrados” y el veterano de guerra, Ron Kovic, de “Nacido el 4 de Julio”, entre otros. Su desempeño en “Valkiria” está a la altura y el film es un estreno que merece ser visto con la claridad de que se está frente de un producto hollywoodense y no ante la producción de un cine marginal y reflexivo de otra parte del mundo. Y obviamente tiene todo lo bueno y malo que ese cine, nacido en la meca de la producción occidental, posee.

En definitiva, no juzguemos el film por las simpatías o antipatías que tengamos hacia Cruise, sino por su propia factura y por el trabajo del talentoso Brian Singer que no necesita ciertamente de estas palabras para asegurar calidad. Una película que entretiene de verdad, incita preguntas y pone de relieve un tema polémica que incluso me llevó a recordar parte de nuestra historia reciente. Esa de un vehículo que baja por los recovecos del cajón del Maipo cuando es atacado. Y de la posibilidad del éxito de ese hecho y de sus consecuencias en la historia de Chile. ¿Qué hubiera pasado si…? Tal vez una buena ucronía tenga al menos, una de las tantas, e inquietantes, respuestas posibles a esa tremenda interrogante.

Director: Bryan Singer.
Reparto: TomCruise (Coronel Claus von Stauffenberg); Kenneth Branagh (Mayor Henning von Tresckow); Bill Nighy (General Friedrich Olbricht); Tom Wilkinson (General Friedrich Fromm); Terence Stamp (Ludwig Beck); Eddie Izzard (General Erich Fellgiebel); David Bamber (Adolph Hitler); Carice van Houten (Nina von Stauffenberg).